La prospectiva del conocimiento (4a parte)
por el IET* Leonardo Saphir – 26 mar 2024
*Innovador y Emprendedor Tecnológico
Con esta nota cerramos la serie referida a la Prospectiva del conocimiento. Que comenzó con el siguiente gráfico que sugiero volver a ver.
Es la adaptación de una línea de tiempo donde se explicitan a la derecha conceptos relacionados con el conocimiento científico; y a la izquierda, conceptos relacionados con el conocimiento espiritual, que próximamente presentaré.
Pero me centro en el punto 0 (cero) que la divide. La línea es continua y por lo tanto es una sucesión de puntos. Y para expresarlo más claramente, la repito como la línea de tiempo original.
Y como ya explicara en notas anteriores, el punto central 0 corresponde al brazo espiritual (izquierdo).
El cero es un número estático, no indica movimiento. Cualquier otro es dinámico: indica movimiento. Varios científicos y filósofos famosos así lo entendieron y escribieron acerca de Dios, asintiendo su existencia. Algunos ejemplos:
-“Me basta con examinar una brizna de hierba, o un puñado de tierra, para confirmar la existencia de Dios”, Isaac Newton.
-“El azar no existe. Dios no juega a los dados”, Albert Einstein.
-“Para las personas creyentes, Dios está al principio; para los científicos, al final de todas las reflexiones”, Max Planck.
-“Lo que un hombre llama Dios, otro lo llama las leyes de la física”, Nikola Tesla.
-“Dios creó los números”, Stephen Hawking.
Monumento Marco Cero, Calacali, Ecuador. Divide al planeta en dos hemisferios: norte y sur.
Big Ben. Medianoche en Londres, Inglaterra.
Símbolos: silencio, Feng Shui, binario, vacío…
De esta manera, finalizamos la serie de notas donde analizamos el Universo visto bajo el método científico. Así como las comenzamos hace casi tres años con el análisis de la palabra nada, la finalizo con conceptos similares: silencio, vacío, cero, reposo. Es como retroceder en el tiempo al momento anterior a la existencia misma, llamada propiamente preexistencia. Y aquí ya entra el concepto de la fe, esto es, el método espiritual.
Veremos qué pasa. Hasta la próxima.
La eterna belleza de los griegos (3a parte)
por Patricia Grau-Dieckmann - 19 mar 2024
Los kuroi representaban a jóvenes desnudos en posición rígida, con la vista al frente y el peso repartido entre ambas piernas, con un pie adelantado y ambos brazos cayendo a los costados del cuerpo, con los puños cerrados. Intenta dar la sensación de avance, con el pie separado, pero su rigidez hace que quede sólo en la idea, no se transmite la sensación de movimiento, sino la de estatismo. Durante mucho tiempo se mantuvieron prácticamente iguales pues el éxito de un escultor consistía en la repetición exacta de una pose segura. El kouros descubierto en 1936 en Anavyssos, Ática, datado por el Museo Arqueológico de Atenas como proveniente de 520 a.C., presenta detalles que serán característicos de la escultura griega, cuyo interés primordial era representar la belleza ideal más absoluta.
Kouros de Anavyssos, 520 a.C.,1,94 m., Museo Arqueológico de Atenas.
Kouros de Anavyssos, vista posterior, 520 a.C.,1,94 m., Museo Arqueológico de Atenas.
A diferencia de los kuroi anteriores, que presentaban una anatomía levemente insinuada mediante líneas grabadas en la superficie, el joven de Anavyssos exhibe una talla de aspecto tridimensional, lo que lo aleja del hieratismo. Sus brazos están levemente doblados y los puños apenas separados del cuerpo, posee la cara redondeada y los ojos almendrados, animados y atentos: la estatua destila vivacidad. El artista no ha innovado en la pose pero sí en la apariencia. Aparentemente proviene de la tumba de un joven guerrero llamado Kroisos, ya que en la base se lee el conmovedor epigrama: “Detente viajero y laméntate junto a la tumba del difunto Kroisos, a quien el furioso Ares mató mientras luchaba entre los primeros”.
El kouros de Anavyssos presenta rastros de pintura de color rojo en los ojos y en el cabello. Hoy en día resulta difícil imaginar a las estatuas cubiertas de colores pero originariamente estaban pintadas. El paso del tiempo y el largo enterramiento al que fueron sometidas borraron los pigmentos y nuestros ojos se acostumbraron a apreciar la belleza pura del blanco mármol. Kroisos marca el momento en que las estatuas griegas comienzan la búsqueda de su camino, alejándose de la rigidez y buscando jugar con las formas y significados propios.
(Continuará)
Canale, canale, canale…
por Daniel Martos - 12 mar 2024
Parodiando a la famosa canción "Parole, parole", de Gianni Ferrio, Leo Chiosso y Giancarlo Del Re, y más allá del tono crítico de la letra, a los seres humanos nos encanta intercambiar contenidos y mensajes. ¡Que es lo que nos hace humanos!
Y como esta columna es de Informática, vamos a profundizar en una herramienta que WhatsApp, la aplicación de mensajería instantánea más popular del mundo, lanzó recientemente, llamada Canales. Esta herramienta permite a los usuarios crear y gestionar canales para difundir información a grandes audiencias.
Pero... ¿para qué abrir un canal de WhatsApp?
Hay muchas razones por las que puede ser importante abrir un canal de WhatsApp. Estas incluyen:
-Difundir información a una gran audiencia: los canales de WhatsApp pueden tener hasta 250.000 suscriptores, lo que los convierte en una excelente herramienta para organizaciones, empresas, medios de comunicación o cualquier persona que quiera llegar a un gran número de personas.
-Crear una comunidad: los canales de WhatsApp pueden ser utilizados para crear una comunidad de personas interesadas en un tema determinado. Los administradores de los canales pueden utilizar la función de encuestas para conocer la opinión de sus seguidores y fomentar la participación.
-Promocionar un producto o servicio: los canales de WhatsApp pueden ser utilizados para promocionar un producto o servicio. Los administradores de los canales pueden utilizar la función de imágenes y videos para mostrar sus productos o servicios.
Manos a la obra
Ahora bien, repasemos cómo abrir un canal de WhatsApp. Solo hay que seguir estos sencillos pasos:
-Abre la aplicación de WhatsApp
-Ve a Configuración > Canales
-Toca Crear canal
-Introduce el nombre del canal, la descripción y la foto de portada
-Toca Crear
Funcionalidades de los canales de WhatsApp
Los canales de WhatsApp ofrecen una serie de funcionalidades para los administradores y los suscriptores. Estas incluyen:
-Enviar mensajes: los administradores de los canales pueden enviar mensajes de texto, imágenes, videos, GIFs y encuestas a sus suscriptores.
-Administrar suscriptores: los administradores de los canales pueden añadir y eliminar suscriptores, y pueden bloquear a los suscriptores que infrinjan las normas.
-Configurar notificaciones: los suscriptores pueden configurar las notificaciones para recibir avisos cuando los administradores de los canales envíen mensajes.
¿Ya abriste tu canal?
Recordá que los canales de WhatsApp son una herramienta versátil que puede ser utilizada por una gran variedad de personas y organizaciones. Si estás buscando una manera de difundir información a una gran audiencia, crear un canal de WhatsApp puede ser una buena opción.
Eso sí, mi consejo es que solo decidas hacerlo si creés que vas a poder mantener el compromiso de llevarlo adelante por lo menos, en los próximos 4 meses. Abrir un canal para luego abandonarlo, nos llevaría a generar una situación parecida a la época cuando el planeta, de la mano de blogger, se inundó de blogs, que luego quedaron abandonados a su suerte en el ciberespacio.
Ah... y antes de irme, te dejo mi canal por si querés seguirme ???? https://whatsapp.com/channel/0029VaHfrFw65yDIGIe3e42E
¡Qué día!
por Diego Kochmann – 05 mar 2024
Parece un relato para niños, pero
está dedicado a los argentinos adultos
El reloj despertador se había quedado dormido, por eso cuando abrí los ojos era recontra tarde. Corrí hasta el baño, agarré el cepillo y me restregué los dientes con tanta furia que se me prendió fuego una muela. Menos mal que la pude apagar con un sorbito de agua. A toda prisa me puse los zapatos que me había comprado para mí cumpleaños el lunes pasado, y que no me di cuenta de que me quedaban chicos. Por eso me costó una barbaridad calzármelos y, con las uñas filosas de un par de meses, les agujereé las puntas sin darme cuenta: ¡me quedaron los dedos gordos al aire libre!
Ya en la entrada del edificio me crucé con el encargado. Estaba tan acelerado que se me borró su nombre de la cabeza y tuve que arriesgar uno cualquiera para saludarlo. No me llamo María Luisa, me dijo ofendido mientras se peinaba su gordo bigote negro con los dedos.
Ya en la calle vi cómo pasaba el 571 violeta, ¡mi colectivo! Lo corrí y le grité. Pero no paró por eso, sino por la luz roja del semáforo. Lo alcancé y me quise subir, pero el chofer me frenó en seco: prohibido subir sin pantalones, me dijo mientras me señalaba un cartel que colgaba del techo del colectivo, que advertía, justamente: “Prohibido subir sin pantalones”. ¡Qué vergüenza! Con el apuro me había olvidado de ponérmelos. Volé de vuelta a casa y agarré los jeans azules, pero me temblaban tanto las manos por los nervios que se me cayeron al piso y se hicieron añicos.
No me quedó otra que ponerme el pantalón pijama. ¡Y salí! No podía esperar otro 571 así que me largué a correr, en realidad mi corazón aguantó apenas media cuadra de galope, después tuve que seguir al paso. Al ratito nomás se largó una lluvia torrencial que habrá durado algo más de medio minuto, y me regó entero, de los dedos gordos de los pies hasta las orejas. Incluso se me había inundado el bolsillo de la camisa. Por eso, cuando entré en la panadería y pagué con el billete todo empapado, la señorita no me dijo nada. Solo sumergió las dos medialunas en una jarra de agua antes de envolverlas en un papel y entregármelas.
Corrí con el paquete chorreando en la mano unos metros más y al fin llegué a la oficina. Hice sonar la campanita y me abrió la cara de odio del jefe. Llegaste ocho segundos tarde, me gruñó. Yo no le contesté nada, pero sabía que de ahora en más me esperaba un día muy, muy complicado.
Valientes y pacíficos
por Salvador D’Aquila – 04 oct 2023
Suelo pensar, convencido, que la mayoría de nuestros políticos y dirigentes son gente enferma o en vías de serlo. Rodeados permanentemente de hipocresía, servilismo, especulación y búsqueda de poder a cualquier precio, y siendo ellos mismos motores y víctimas de todos esos vicios y otros, tarde o temprano esas emociones negativas van a tener sus correlato en el cuerpo y en la psiquis. Y tampoco debería sorprendernos que los traicione el subconsciente o que en algún momento busquen inconscientemente escapismos que los delaten.
La mayor parte de ese conjunto de hombres y mujeres no tiene vocación de servicio, sino de poder. Y en esta versión de “plaga descontrolada”, permanentemente un escándalo reemplaza a otro. Somos parte de un círculo vicioso: con ellos a la cabeza, la nuestra es una sociedad enferma porque nosotros, que la constituimos, estamos enfermos; y los elegimos para representarnos. Lamentablemente, son enfermos que nos enferman.
Pienso en el título que encabeza esta nota como una suerte de idea fuerza: ser valientes y pacíficos. Porque, no importa qué espacio político nos gobierne en los próximos años, los argentinos vamos a tener que reflexionar mucho y tomar en el futuro cercano decisiones muy difíciles como comunidad, que necesariamente van a afectarnos en lo personal. No me refiero solo a quiénes votar en las elecciones, sino a otras decisiones muy de peso. La principal, quizás, es decidirnos a enfrentar tantos descalabros que vivimos y vamos a seguir viviendo, y al mismo tiempo estar tranquilos y sin que la violencia, interior y exterior, nos gane.
Ante el estado de situación que vivimos, ¿cómo convencemos a los argentinos pesimistas y no tanto de que el país va a salir adelante de alguna manera? Sus argumentos sobre la realidad son casi irrebatibles porque todo parece desmadrado. Unos pocos ejemplos que mencionamos a continuación lo demuestran: la enorme pobreza e indigencia, con especial énfasis en niños y adolescentes; una economía con un notable desmanejo desde el poder, que está desquiciada para cualquiera que quiera evaluarla con un mínimo de sentido común; cientos de miles de pobres volcados casi diariamente a las calles a partir del interés de punteros políticos inescrupulosos; un sindicalismo convertido en obstáculo para el desarrollo de los propios trabajadores a quienes dice defender y de la sociedad en su conjunto. Y la lista podría continuar. Todos, con un peso enorme como obstáculos para buscar equilibrios y encaminar un futuro de progreso.
Por eso, antes de las elecciones, no seamos indiferentes: reflexionemos mucho y tomemos decisiones, aunque sean difíciles o a contrapelo de lo que siempre sentimos o pensamos, privilegiando la racionalidad y la sensatez. Tengamos conciencia de mayorías, no de masas. Y no olvidemos que una decisión tomada por un funcionario en un momento dado, tiene consecuencias para todos los argentinos durante años. Y después de las elecciones, independientemente de quién nos gobierne, predispongámonos para afrontar lo que viene, que no va a ser fácil ni para el conjunto de la sociedad ni para la cotidianeidad de cada uno de nosotros, no importa el lugar que ocupemos.
Mantengamos la calma, que no significa ser pasivos. Ante las necesidades e incomodidades y determinados chantajes del poder que nos van a tocar vivir, no cedamos y continuemos actuando y reclamando para que se tomen las decisiones correctas, pero sin caer en acciones violentas. Todo un desafío: ser valientes y pacíficos.