por Alejandro Muñoz – 16 ago 2021

 

Una vez pasadas las primeras efervescencias de la salida de Lionel Messi del Barcelona y su llegada al PSG, desde algún pequeño lugar del mundo surge un interrogante: ¿y si a partir de este hecho, el mundo del fútbol empieza a cambiar en su forma de entender el negocio? Puede resultar fácil la primera respuesta: "Va a ganar más ahora que antes".  ¿Pero si solo termina siendo el último eslabón de una cadena despiadada de dinero, contratos y lujos desmedidos para el mundo en el que vivimos?

 

Quizás (perdóneme, estimado lector, si peco de ingenuo) puede comenzar a cambiar el modo de elaborar contratos, sabiendo que en un futuro esos números astronómicos podrían devaluar la economía de algún club.  "Acordate lo que pasó con Messi y el Barça", podría ser la frase elegida.  Tal vez el negocio busque otros rumbos, los futbolistas cobren por, justamente, ser futbolistas, y las empresas vuelvan a invertir el dinero necesario.  Hasta ahora, la plata se despilfarra.  ¿La tan mentada "crisis post covid" no llega al deporte más marketinero del mundo?

 

Una vez más, pido disculpas si mi ingenuidad no tiene sustento.  Pero, ¡qué lindo sería que el fútbol vuelva a ser un deporte!