por Juan Carlos Latrichano – 30 oct 2019
El domingo 27 a la noche, el directorio del BCRA bajó el máximo por persona para adquirir dólares a precio oficial. Pasó de un límite de 10.000 a 200 dólares. La necesidad de bajar el parámetro era evidente. Tras el primer día de aplicación, pudimos observar el descenso del precio de la divisa, tanto del oficial como del blue. Al mismo tiempo, el Central no perdió reservas. Ambos objetivos alcanzados parecían un imposible la semana pasada. Varios analistas pedíamos un achique de la pauta, aunque no en forma tan abrupta.
A priori podemos decir que se redujo la hemorragia.
¿Cómo sigue esto hacia adelante?
En principio, es probable que en los próximos días se incremente la brecha entre el dólar oficial y el blue. Si esto es así, la tentación diabólica estará al acecho. Los importadores, si pueden, sobrefacturaran; y los exportadores, subfacturaran. Ello hace necesario extremar controles. Por otra parte, será necesario lograr que los ingresos pendientes de los exportadores se realicen. Para ello, impedir que accedan al crédito sin que hagan ese paso será más que necesario. Finalmente, poner un límite en el gasto de los usuarios de tarjetas de crédito en el exterior, será un complemento imprescindible.
Cerrada definitivamente la hemorragia, cabrá hablar de producción.