por Juan Carlos Latrichano – 23 nov 2020
La cuestión fiscal viene mejor de lo esperado. El resultado acumulado en los diez primeros meses del año muestra, en términos relativos, una paulatina desaceleración del déficit fiscal financiero. En efecto, mientras el acumulado del déficit fiscal financiero a agosto daba un crecimiento del 297%, el acumulado a octubre da un crecimiento del 252%. En ambos casos, comparado con igual período del año pasado.
Dicho esto, resulta necesario establecer el porcentaje con respecto al Producto Bruto Interno con el que puede cerrar en el presente año el déficit fiscal financiero. Mis cálculos arrojan un estimado del 7%. Si esto es así, se echan por tierra más de un pronóstico pesimista dados en los primeros meses del año. Quizás el error de los que lo produjeron, fue hacer cálculos lineales que no tuvieron en cuenta la dinámica de la cuarentena. Por mi parte, en mi informe del 2 de junio titulado Déficit fiscal y expansión monetaria, anticipé que esto podía suceder. En algunos puntos del mismo, que transcribo a continuación, expresé la posibilidad de reducción del déficit:
“1. Debido a la negociación de la deuda pública, de aquí a fin de año no se abonan intereses. Esto está implícito en la propuesta que se le hizo a los acreedores. 2. El Banco Central le cedió al Gobierno utilidades que reducen en parte el quebranto fiscal. 3. A partir de mayo, muchas empresas, especialmente del interior del país, comenzaron a trabajar. Y remato diciendo: Se espera que esto siga aumentando con el correr de los días. Todo esto implica una desaceleración del déficit de aquí a fin de año”. ¿Qué tal?
Así fue que los intereses bajaron aún en términos nominales, en tanto las rentas de la propiedad subieron en forma significativa. Esto permitió que la emisión monetaria se vaya desacelerando con el correr de los meses. Así llegamos al cierre del año con la posibilidad de que en los últimos meses no se emita dinero. Ello debido a la reducción relativa del déficit fiscal y a la posibilidad de que el Gobierno obtenga financiación.
Todo esto permite, en mi opinión, contener el precio del dólar paralelo. También incrementa las posibilidades de que se logre el acuerdo con el Fondo Monetaria Internacional.