por Lucrecia Martínez – 10 abr 2021

 

Los años 70 empezaron con un gobierno de facto y lo terminaron con otro.  En medio, el peronismo volvió al poder. ¿Qué lugar jugó el medio ambiente entre el gobierno de Lanusse y el de Alfonsín?  En marzo de 71, asume como presidente de facto de la Argentina Alejandro Lanusse.  La Revolución Argentina había comenzado en el ‘66 y continuó hasta el 73.  En el gobierno de Lanusse la preocupación ambiental llegó a la Argentina.  El exterior influía notablemente en sus decisiones políticas.  Durante aquellos años, el análisis académico de los ecosistemas hacía foco en las consecuencias que los contaminantes generaban en el suelo y en las aguas.

 

Estas inquietudes ya habían llegado a las Naciones Unidas a finales de los ’60 y fueron causa para  promover la convocatoria a la Conferencia sobre el Medio Ambiente Humano (Estocolmo, 1972).  Fue la primera vez que la ONU  se involucró sobre cuestiones ambientales internacionales y causó un punto de inflexión en el desarrollo de la política del medio ambiente.  La atención se puso especialmente en la degradación ambiental y la “contaminación transfronteriza”.  Este último concepto era muy importante, ya que señalaba el hecho de que la contaminación no reconoce los límites políticos o geográficos, y afecta a los países, regiones y pueblos más allá de su punto de origen. En la Argentina se puso el tema en boca del pueblo, pero las políticas propuestas en esta conferencia no fueron llevadas a cabo de inmediato.

 

Sin embargo, las políticas medioambientales fueron popularizadas no tanto por ONU sino por la carta que Perón envía desde el exilio llamada: Mensaje ambiental a los pueblos y los gobiernos del mundo.  Que contempla cuestiones como la contaminación, expulsión de los campesinos del campo, fumigaciones para todos y todas, glifosato en los alimentos y una la lista de temas que muchos de los peronistas que tuvieron el poder no leyeron o no quisieron implementar. “Son necesarias y urgentes: una revolución mental en los hombres, especialmente en los dirigentes de los países más altamente industrializados; una modificación de las estructuras sociales y productivas en todo el mundo [...] Cada nación tiene derecho al uso soberano de sus recursos naturales.  Pero al mismo tiempo, cada gobierno tiene la obligación de exigir a sus ciudadanos el cuidado y utilización racional de los mismos”, resalta Perón desde su exilio.

 

Al terminar la llamada Revolución Argentina, asume como presidente electo Héctor J. Cámpora.  En julio de 1973, junto con su vicepresidente, renunciaron a sus cargos.  El nuevo mandatario, Raúl Lastiri, convocó a nuevas elecciones donde la fórmula Juan D. Perón/María Estela Martínez de Perón (Isabel) es electa.  Durante su tercer mandato, Perón creó la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano.  La nueva Secretaría tomó un amplio espectro de las competencias atribuidas al Ministerio de Economía y gestó un conjunto de proyectos de ley a fin de cubrir el vacío legal en la temática, aunque muchos de ellos no alcanzaron en ese momento el estatus de ley.

 

Al fallecer Perón, asume la presidencia Isabel.  Durante su mandato se llevó a cabo la Primera Reunión Nacional de Ambiente Humano.  El  informe final destaca que la orientación político-filosófica de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano se inspira en el Mensaje ambiental a los pueblos y los gobiernos del mundo (Perón, 1972).  Las particularidades del modelo de desarrollo autónomo ideado por Perón tuvieron más peso que el pensamiento ambiental de la época.  Esta política ambiental respondía a un modelo estadocéntrico.  Surgen así las primeras reglamentaciones para el control de la contaminación del agua.

 

La caída del orden institucional en 1976 inició la transición hacia la adopción de un modelo neoliberal.  Con el objetivo de reorganizar el modelo económico, desarticularon las acciones iniciadas por el último gobierno de Perón y se implementaron un conjunto de medidas orientadas hacia políticas liberales y aperturistas.  Guiados por la necesidad de comercialización, la última dictadura argentina organizó la Secretaría de Medio Ambiente como mejor le servía para poder poner énfasis en la tendencia de incluir al mercado en el manejo de los recursos.  Principalmente, se accionó con relación a la conservación de los recursos naturales.  Además, el Estado dio lugar a la inclusión de los organismos privados en los asuntos relativos al manejo y conservación de los recursos naturales.

 

Un área con muchas acciones por su importancia estratégica, fue la energética.  La inclusión de la energía nuclear da lugar a una política donde se realizan convenios con diversos países y se aprueba la construcción de plantas nucleares (Atucha y Atucha II).  Respecto de los hidrocarburos, con la intención ambiental de preservar, se creó la Ley de hidrocarburos, que establecieron medidas para minimizar el impacto sobre la naturaleza.

 

El gobierno de Alfonsín se desenvolvió en un particular escenario político, social y económico.  El objetivo era recuperar la vida democrática.  Los historiadores plantean que existen dos momentos de la política ambiental durante la gestión de Alfonsín: el primero, caracterizado por una concepción parcial y fragmentada del ambiente; mientras que en el segundo, se avanza hacia una concepción más integral.  La inestabilidad de los órganos con competencias ambientales dentro del aparato estatal es la causa de un tratamiento disperso del tema y la ausencia, en consecuencia, de una visión integral para la formulación de la política ambiental.  Entre las funciones de los organismos con incumbencia ambiental, el Estado tenía un rol activo en la defensa, conservación, recuperación y desarrollo de los recursos naturales.  En 1987 se produce un giro en la forma en que el Estado incluirá la cuestión ambiental en sus políticas.  Alfonsín creó la Subsecretaría de Política Ambiental y luego conforma la Comisión Nacional de Política Ambiental.  No obstante, el objetivo de este gobierno no era el medio ambiente.  La crisis social requería ser el centro de atención.