Verano etrusco con gardenia

por C. Fernández Rombi

13 nov 2017

 

 

La tarde comienza a caer y el cielo parece listo a estallar en un sinfónico alarde de  carmesíes, dorados y azules, colorido que lentamente se va resumiendo al del plomo antiguo el Viejo me dice que la lluvia no se va a tardar… personaje singular este viejo descendiente de antiguos griegos y carente de toda cultura aprehendida  pero pleno de la sabiduría de la vida y pulmones arruinados en las canteras de mármol… en el largo mes que llevo en este apartado lugar muy cerca del Lago Orta  en el Piamonte es mi único interlocutor de todos los días más bien pienso que es mi  protector adoptivo es decir es él quien me adoptó desde que llegué en busca de salud y de tranquilidad para mis nervios siempre a punto de desbordar y mi melancolía pertinaz, lentamente comienzo a reponerme de esta larga y tediosa opresión en el pecho y mis accesos de tos reales a pesar de los dichos de mi médico de ser más mi pura imaginación auto protectora de solterón más allá de los cuarenta que real enfermedad y que mis pulmones están mejor que los de él y sigue y sigue y sigue y sigue pareciera más psicólogo que clínico, me despido del Viejo como cada atardecer hoy un poco más temprano por la lluvia inminente en realidad ya estoy un poco harto de este lugar extraño la ciudad sus luces su movimiento su sonido peculiar con sus putas siempre a mano como adrede esquivo la zona turística del Orta mi ausencia de mujer se hace más densa el tímido el solitario cuando quiere amor paga acá ni modo llego a este costado apartado del lago en la mañana temprano aún la vegetación esta mojada llovió bastante ya el Viejo está con la caña de pescar y el café en el fogón a veces tengo temor que se caiga se sienta tan tranquilo al borde mismo del pequeño acantilado no es como yo que temo a todo y a todos como cada día deja la caña y se acerca a darme la mano sabe que yo no voy a estar a menos de dos metros del abismo y como cada día me pregunta si pude dormir bien y cómo anda mi tos le digo que dormí un poco mejor y la tos está bajando se alegra como ante una buena noticia personal sus ojos tan azules como el mismo lago sonríen con picardía este Viejo es como el epítome mismo de la bellaquería cuando me comenta que al pequeño hotel cercano a su casita arribó una inglesa tan linda como el mismo Orta que sería una novia excelente para Usted está sola y se la ve tan tristona como a Usted me sonrío sin contestar sería pura broma que consiguiera novia en este lugar solitario y apartado, ya se han cumplido quince días de la llegada de la inglesa y el Viejo se ha tomado la costumbre de visitarla cada atardecer parece que la solitaria mujer lo empezó a apreciar igual que yo, Lilian se llama la muchacha y viera Usted lo linda y simpática que es aunque hable muy poco igual que Usted para colmo sabe poco del idioma del paese y yo igual del inglés pero no crea en lo importante nos entendemos cada día le hablo de usted y que debieran conocerse y por qué no se viene una de estas tardes conmigo para el lado de casa yo los presento y luego les hago unos pescados fritos que son mi especialidad; ni loco pienso, no sirvo para eso y seguro que Lilian le sigue la corriente al Viejo igual que yo desde ya que no me hago ninguna ilusión pero me extraña a mí mismo de no haber comenzado los preparativos de mi vuelta a casa ya se ha cumplido el plazo máximo de vacaciones que me otorgué y me sigo quedando no soy tan tonto como para no saber que cada día voy al encuentro del Viejo un poco más temprano, Lilian se ha convertido en nuestro tema único de conversación y obsesión a la que el Viejo fogonea sin hacerse rogar más aún es notorio que se complace en adornar y recrear este romance inexistente y que nunca existirá Lilian está más que interesada en Usted me dice el Viejo al cumplir mi romance el mes cabal, es imposible si no me conoce respondo queriendo creer pero yo le cuento me dice que cada noche sueña con ella que la quiere conocer y me parece que está de acuerdo es inútil no puedo nunca me voy a atrever, dice la señorita Lilian que está muy agradecida por la gardenia que le envió ayer, cómo cómo cómo cómo yo no envíe gardenia ni flor alguna ahora estoy enojado y no lo puedo disimular al Viejo no parece importarle su expresión de picardía es más notoria que nunca si Usted hubiera visto con cuanta alegría recibió su blanca y hermosa flor que busqué durante días en la ladera opuesta del Lago único lugar donde crecen tan hermosas y perfumadas hasta emocionada estaba la señorita se lo juro por la mismísima Madonna Immacolata sin poder evitarlo mi enojo se diluye al tiempo que crece una recóndita ilusión, su piel es tan clara como el mármol de la cantera su cabello largo y de pura seda del paese color azabache como el mismo color del lago las noches sin luna sus venas pequeñas y delgadas líneas azules de trazado único que recorren sus brazos como caminos de amore sus ojos verdes y tristes sólo se iluminan con luz de esplendor cuando le hablo de Usted y es su cintura breve justa en ese cuerpo esbelto y perfecto y su voz ah su voz plena de dulzura plena de sugestión hasta mi sangre vieja y dormida se estremece cuando Lilian me habla, ahora paso mis noches en frenesí amoroso si yo me animara si no fuera tan cobarde hay momentos en la quietud serena de las noches del Piamonte que me parece sentir el perfume la presencia el suave calor de Lilian mis labios llegan a la misma modulación del beso es hermoso es sensual es una pura angustia, esa mañana llego al acantilado antes que el Viejo por primera vez al arribar estrecha mi mano con esa sonrisa redomada que pareciera leer dentro mío, ahora Signore preparo el café mientras contemplamos la belleza del Lago hace tantos años que lo miro y lo miro y siempre me sorprenden su luz y su esplendor además estoy molto felice anoche soñé que hoy iba a sacar un gran pez y lo iba a cocinar para Usted y la Signorina habla y habla y habla y habla es pasada la media mañana pero ni una sola palabra más acerca de Ella de mi Lilian a sabiendas que sigo su juego no puedo aguantar más y le pregunto en voz tan baja que el Viejo debe estirar el cogote para oírme, ah dice Usted si ayer vi a la Signorina pues claro que sí y me dijo que quiere conocerlo y que su partida no está lejana y los tiempos se acortan, siento que el reloj de mi corazón se detiene un segundo una fría transpiración me asume casi no puedo respirar el Viejo lo ha notado y calla un momento como para que me reponga luego dice sin mirarme su vista clavada en las aguas azules ya no hay más tiempo Signore debe Usted decidirse parezco uno de los peces que el Viejo saca del agua abro la boca buscando un aire que se ha ido no puedo respirar quedo muy callado el Viejo por primera vez también pasa una larga hora el mediodía está muy avanzado el Viejo sin hablar sin mirarme comienza a recoger sus cañas y guardar su pesca parece que se va a ir sin volver a hablar se acabaron los tiempos es ahora o no será, me entrego dócilmente le digo mañana dígale por favor que mañana quisiera verla claro si Ella puede y quiere, mañana va a ser un lindo día le voy a decir que venga conmigo a eso de las diez así estarán ambos frescos y bien despiertos esta noche voy a rezar por ustedes y por el amore… ¡ah, el amore! Paso la noche en vela mil y un sueños desbocados y locos pasan por mi mente por mi corazón yo no sé rezar sin embargo de alguna manera lo hago sin articulación sin la forma pero con todas mis ganas llego al risco antes mucho de la hora prefijada vendrá Ella mi Lilian vendrá o solo serán sueños locos del Viejo a los que me sumé sin pensar de pronto los veo, el Viejo un paso adelante con sus trebejos y su balde ya la pipa humeante entre los labios no me animo ni a mirar pero a hurtadillas a medida que se acercan lo hago y empiezo a distinguirla bien me maravillo me asombro es exacto como la soñé es como si el Viejo me hubiese trasvasado con todo detalle a la mujer soñada ya el Viejo no me parece viejo ni gastado ni arrugado es el rubicundo y renovado Cupido de nuestros sueños  humanos, el Viejo y Ella ya están a mi lado nos presenta como al pasar ninguno de los dos atina a decir nada Lilian sonríe apenas y pareciera tapar la luz del mismo sol el Viejo aclara que hoy no va a pescar en este “su” lugar y que le hablaron de un pesquero mil metros lago abajo que es superior, por eso hoy va a probar allí, es evidente que nos quiere dejar solos me aterro no voy a tener más salida que hablar yo que estaba casi tranquilo de refugiarme en la presencia entre ambos del Viejo que nos dice que disfrutemos el día y se marcha quedamos en silencio casi sin mirarnos y el tiempo pasa sé que debo hablar veo que sus labios se entreabren y mi corazón salta enloquecido Lilian me va a hablar, no, no puede no puede no puede sus labios se vuelven a cerrar y al mismo borde de la desesperación consigo articular tres palabras ni apropiadas ni justas ni lógicas para este momento y que serían más coherentes en un adolescente muy tonto.

-Lilian, estoy enamorado…

-Yo también.