por Juan Carlos Latrichano - 23 oct 2018

 

 

Hasta fines de septiembre, el precio del dólar ascendía en forma incesante. En los primeros 9 meses del año, la devaluación del peso fue del 100%. El desarme parcial de las Lebacs obraba en consecuencia. Así, fue que la cotización superó los $ 40 por dólar, valor que elevó el índice del tipo de cambio multilateral real a 142 al 30 de septiembre, coincidiendo con datos verificados a fines de 2009, fecha a partir de la cual se fue produciendo un fuerte descenso hasta alcanzar valores inferiores a 100.

 

Por ello, y dada la apertura indiscriminada en estos últimos años, la balanza comercial fue negativa. Cabe aclarar que el índice del  tipo de cambio multilateral real lo publica el BCRA y no solo mide la devaluación de nuestro peso y el impacto de la inflación local, sino que además toma devaluaciones e inflaciones de terceros países, en la proporción con la que operan en nuestro comercio exterior.

 

¿Qué ocurrió en octubre?

El Gobierno fijó una política de emisión cero, con tasas para las Letras de Liquidez del 72% anual, que en términos efectivos superan el 100%. Y con ello, provocó un descenso del precio de las divisas. Esto y la inflación, hicieron que el tipo de cambio multilateral baje a 125 (dato al 19 de octubre), es decir que se produjo una pérdida de competitividad superior al 10%.

 

Indudablemente, las ventajas competitivas de la devaluación se van licuando. Recordemos que a fines de septiembre se hablaba de vecinos fronterizos que venían a comprar a nuestro país y hoy se dice que nuestros precios son un poco más bajos que los de los países limítrofes.

 

Lentamente, marchamos hacia un nuevo atraso cambiario hasta que la presión rompa esta estrategia.

 

El Gobierno alterna devaluaciones con apreciaciones. El país lo sufre y mucho.