Odisea del (cíber) espacio
por Daniel Martos - 07 abr 2025
Si algo nos quedó claro en 2024 es que la tecnología no frena ni siquiera para tomar impulso... Mientras uno sigue aprendiendo a usar funciones ocultas del celular, el mundo ya está jugando con inteligencia artificial cuántica (lo entiendas o no). Acá, queridos amigos y amigas, les traigo un resumen de las diez innovaciones más impresionantes (y aterradoras, según cómo lo mires) del año pasado.
1.La IA sigue en modo turbo
Si recuerdan nuestras notas anteriores, veíamos que en las de 2023 la inteligencia artificial ya nos sorprendía; y en 2024 se puso intensa. Ahora no solo te sugiere qué ver en Netflix, sino que es capaz de escribir guiones, hacer ilustraciones hiperrealistas y hasta tener “emociones” (o al menos simularlas muy bien).
¿El lado bueno? Productividad al máximo. ¿El lado malo? Ya casi ni sabemos si estamos chateando con un humano o con un bot... que por cierto ya están saturando los centros de atención al cliente, haciendo más difícil el contacto con un ser humano. Y como si fuera poco, China se sumó a la carrera “artificial” con su desarrollo llamado Deepseek.
2.Computación cuántica: cuando la matemática se pone loca
La computación cuántica sigue avanzando y aunque todavía no reemplazó a nuestras compus, ya está ayudando a resolver en minutos problemas que antes llevaban años. Lo complicado es explicarle a la abuela (o a ustedes, seamos sinceros) qué es un qubit sin que me mires como si estuviéramos hablando en caracteres cirílicos.
3.Almacenamiento en la nube: más rápido, más seguro y con menos dramas
El almacenamiento en la nube pegó un salto enorme, luego de lo que les comparti en https://www.unratitomas.com.ar/index.php/informatica/925-vivir-en-la-nube.html Ahora es más rápido, con menos latencia (demora en sincronizar) y mucho más seguro gracias a nuevas técnicas de encriptación. Además, algunos servicios incorporaron inteligencia artificial para optimizar el espacio y sugerirte qué archivos podrías eliminar (sí, esos memes de 2015 que todavía guardás). Lo mejor: cada vez hay más opciones gratuitas con mucho espacio. Lo peor: seguimos subiendo todo sin hacer backups, porque "después lo ordeno" (confieso que esa es mi costumbre).
4.Internet de las Cosas + 5G: la era de los electrodomésticos chismosos
La conectividad 5G hizo que el Internet de las Cosas despegara en serio. Ahora la heladera te avisa cuando falta leche, el lavarropas se programa solo y hasta el inodoro puede analizar tu salud. ¿Te suena muy lejano o “muy yanqui”? Basta recorrer las plataformas de compras online para, por ejemplo, comprar lámparas de colores que manejas desde el celu... o que podes programar por dias y horarios.
5. Energías renovables: el sol y el viento al rescate del medioambiente.
Las energías limpias dieron un salto tremendo en eficiencia. Los paneles solares ahora generan más electricidad con menos sol, y las nuevas baterías almacenan más energía sin ocupar tanto espacio. Lo cual es bueno para lograr compensar el daño que la inteligencia artificial y el minado de criptomonedas le hacen al medioambiente, al consumir KW para procesar sus algoritmos.
6.Realidad Aumentada y VR: el metaverso no murió, solo se tomó un descanso
Si bien en 2023 nos vendieron el metaverso como “el futuro”, en 2024 la realidad virtual y aumentada encontraron aplicaciones más prácticas. Por si no te acordás, el metaverso no hace referencia a discursos políticos, sino a la idea de las grandes empresas de desarrollar un mundo virtual donde tendríamos una vida secundaria, en paralelo a la vida “real”.
Desde entrenamiento en cirugía hasta probar ropa sin ir al probador. Lo de vivir en un mundo 100% digital… por ahora, sigue en pausa.
7.Blockchain más allá del Bitcoin
El blockchain se metió en todos lados: trazabilidad de productos, seguridad en datos y hasta sistemas de votación más confiables (bueno, en teoría). Las criptomonedas (tal como hablabamos hace años en https://unratitomas.com.ar/index.php/informatica/739-no-tengo-ni-un-cripto-en-el-bolsillo.html ) siguen ahí, pero el verdadero boom está en cómo esta tecnología hace que todo sea más seguro y transparente.
8.Ciberseguridad: el nuevo “abrochate el cinturón” de internet
Con tantos datos circulando, también aumentaron las amenazas. En 2024 vimos una explosión de tecnologías para proteger la privacidad: mejores encriptaciones, sistemas de autenticación más seguros y hasta IA para detectar fraudes. Eso sí, seguimos olvidando las contraseñas; por lo cual Google está haciendo hincapié en la verificación biométrica como factor principal de autentificación.
9.Autos autónomos y drones: “Kitt, llevame a casa”
Los vehículos autónomos ya no son solo prototipos: en algunas ciudades empezaron a usarse para transporte público. Y los drones pasaron de ser juguetes caros a herramientas para entrega de paquetes, vigilancia e incluso asistencia en emergencias. En cualquier momento, Amazon nos manda el café a casa con un dron. Aunque claro, en nuestro país esta tecnología es más que inaccesible.
10.Tecnologia para vestir, que te dicen hasta cuántas horas dormiste mal
Los dispositivos para monitorear la salud están cada vez más avanzados. Desde relojes inteligentes que detectan arritmias hasta anillos que miden el nivel de estrés. El problema es que ahora no hay excusas: el reloj ya sabe que dormiste poco y que deberías moverte más... ¡Esperemos que no se quejen de los ronquidos!
En resumen, 2024 nos trajo un combo de avances impresionantes que nos hacen la vida más fácil… o más complicada, depende de cómo lo veamos. Lo que es seguro, es que el futuro ya está acá. Y viene con actualizaciones constantes.
¡Hasta la próxima!
Entrelazamiento panteico y realidad científica
por el IET* Leonardo Saphir – 03 abr 2025
*Innovador y Emprendedor Tecnológico
Panteísmo es el sistema filosófico propuesto por quienes creen que la totalidad del Universo tiene su origen en Dios, la Naturaleza o cualquier expresión análoga.
Al entrelazamiento panteico lo defino como la relación de valores, como el amor y la paz, con la imaginación. Está definición da sentido a la espiritualidad.
¿Cómo correlacionar los sueños, terreno fértil para la espiritualidad, con las pruebas científicas de la realidad?
Es el punto del medio que separa la línea del conocimiento. Que comienza, a su izquierda, en un hipotético –oo (menos infinito); y termina, a su derecha, en otro hipotético +oo (más infinito).
Ese punto medio divide, a la izquierda, el terreno de la partícula de Dios; y a la derecha, el bosón de Higgs y el universo científico hasta los confines del universo en expansión.
Microficciones
por Diego Kochmann – 31 mar 2025
Mensaje
Todas las mañanas, el chico iba a la playa con la esperanza de hallar una botella con un mensaje de algún náufrago de una isla lejana adentro. Al llegar se encontraba no con una, sino con cientos de botellas plásticas desparramadas por toda la arena.
El chico las abría una por una, y aunque no contenían ningún papelito en su interior, todas ellas en conjunto estaban mandando un claro mensaje: “Empiecen a cuidar el planeta antes de que sea tarde”.
Cuento ecologista
Tras terminar de preparar la ensalada de frutas, el muchacho salió de su casa con una bolsa llena de cáscaras de naranja, manzana, banana, pera, y otras, para dejarla en el cesto. Distraído como estaba, no vio ni oyó como una moto que circulaba por la vereda se le vino a toda velocidad y lo embistió. Por fortuna, gracia a Dios, la bolsa, tras dar cinco vueltas en el aire, cayó justo en el contenedor dispuesto para la basura orgánica.
Nada importan en este caso el joven tirado sobre el asfalto, su pierna quebrada ni sus gritos de dolor. Porque, como se aclaró al principio, se trata de un cuento ecologista.
Indios comechingones
–¿Y qué significa “chingones”? –le preguntaron al guía mientras el grupo de turistas recorría las Sierras de Córdoba.
–No te podría responder eso. Al parecer, estos indios se comieron hasta el último chingón, no dejaron ni uno, por lo que nunca nadie llegó a verlos. Así que no se sabe nada de cómo eran, qué forma tenían…
Cuento de un escritor feliz
Cric, cric, cric… (No existe obra de arte que haya nacido del interior de un corazón contento).
Valientes y pacíficos
por Salvador D’Aquila – 07 ene 2025
Suelo pensar, convencido, que la mayoría de nuestros políticos y dirigentes son gente enferma o en vías de serlo. Rodeados permanentemente de hipocresía, servilismo, especulación y búsqueda de poder a cualquier precio, y siendo ellos mismos motores y víctimas de todos esos vicios y otros, tarde o temprano esas emociones negativas van a tener sus correlato en el cuerpo y en la psiquis. Y tampoco debería sorprendernos que los traicione el subconsciente o que en algún momento busquen inconscientemente escapismos que los delaten.
La mayor parte de ese conjunto de hombres y mujeres no tiene vocación de servicio, sino de poder. Y en esta versión de “plaga descontrolada”, permanentemente un escándalo reemplaza a otro. Somos parte de un círculo vicioso: con ellos a la cabeza, la nuestra es una sociedad enferma porque nosotros, que la constituimos, estamos enfermos; y los elegimos para representarnos. Lamentablemente, son enfermos que nos enferman.
Pienso en el título que encabeza esta nota como una suerte de idea fuerza: ser valientes y pacíficos. Porque, no importa qué espacio político nos gobierne en los próximos años, los argentinos vamos a tener que reflexionar mucho y tomar en el futuro cercano decisiones muy difíciles como comunidad, que necesariamente van a afectarnos en lo personal. No me refiero solo a quiénes votar en las elecciones, sino a otras decisiones muy de peso. La principal, quizás, es decidirnos a enfrentar tantos descalabros que vivimos y vamos a seguir viviendo, y al mismo tiempo estar tranquilos y sin que la violencia, interior y exterior, nos gane.
Ante el estado de situación que vivimos, ¿cómo convencemos a los argentinos pesimistas y no tanto de que el país va a salir adelante de alguna manera? Sus argumentos sobre la realidad son casi irrebatibles porque todo parece desmadrado. Unos pocos ejemplos que mencionamos a continuación lo demuestran: la enorme pobreza e indigencia, con especial énfasis en niños y adolescentes; una economía con un notable desmanejo desde el poder, que está desquiciada para cualquiera que quiera evaluarla con un mínimo de sentido común; cientos de miles de pobres volcados casi diariamente a las calles a partir del interés de punteros políticos inescrupulosos; un sindicalismo convertido en obstáculo para el desarrollo de los propios trabajadores a quienes dice defender y de la sociedad en su conjunto. Y la lista podría continuar. Todos, con un peso enorme como obstáculos para buscar equilibrios y encaminar un futuro de progreso.
Por eso, antes de las elecciones, no seamos indiferentes: reflexionemos mucho y tomemos decisiones, aunque sean difíciles o a contrapelo de lo que siempre sentimos o pensamos, privilegiando la racionalidad y la sensatez. Tengamos conciencia de mayorías, no de masas. Y no olvidemos que una decisión tomada por un funcionario en un momento dado, tiene consecuencias para todos los argentinos durante años. Y después de las elecciones, independientemente de quién nos gobierne, predispongámonos para afrontar lo que viene, que no va a ser fácil ni para el conjunto de la sociedad ni para la cotidianeidad de cada uno de nosotros, no importa el lugar que ocupemos.
Mantengamos la calma, que no significa ser pasivos. Ante las necesidades e incomodidades y determinados chantajes del poder que nos van a tocar vivir, no cedamos y continuemos actuando y reclamando para que se tomen las decisiones correctas, pero sin caer en acciones violentas. Todo un desafío: ser valientes y pacíficos.
Cien años de la Radiofonía Argentina
por Salvador D’Aquila – 27 ago 2020
Cien años de la primera emisión radial en la Argentina. “Locos” fueron llamados aquellos jóvenes que la lograron… para que unos pocos escuchasen esa primera señal que transportaba música de ópera. Pioneros de una Argentina que tenía en esos muchachos y sus ideas, apenas un ejemplo más de expectativas de enorme crecimiento. Expectativas que, por lo menos, la radiofonía argentina no defraudó. Y entonces, aquella primera música escuchada por unos poquísimos privilegiados, se transformó en el fenómeno que aún hoy nos acompaña, potencia y multiplicado por el desarrollo tecnológico.
Esta historia tiene un primer momento trascendente, cuando aquellos costosos artefactos iniciales incorporan parlantes y transforman a la radio en un aparato que se puede escuchar… de a varios. Al mismo tiempo, comienza a ponerse al alcance del bolsillo del hombre común, del trabajador, asegurando de esa manera su masividad: en cada casa o lugar donde uno iba, seguramente había una radio encendida.
De la mano de nombres fundacionales, como Radio Cultura, Excelsior, Splendid y otros, comienza la multiplicación en todos los órdenes: en el número de emisoras, que comienzan a desplegarse a lo largo del dial. En la potencia de las plantas transmisoras, que permite que la radio se escuche cada vez mejor y llegue cada vez más lejos. En los contenidos de las programaciones; y en la creatividad para producirlos. Y por supuesto, en la cantidad de oyentes.
Entonces, ya no solo se escuchó la música clásica del primer día, sino también la música popular, la información, programas deportivos, de entretenimiento, infantiles, educativos… El radioteatro marcaba época. Y la radio también fue clave para seguir las alternativas del acontecer político de nuestro país… ya fueran transmitidas desde una orilla u otra del Río de la Plata. La radio se convirtió en un fenómeno colectivo que alcanzaba a los hogares, los lugares de trabajo, los cafés, los clubes de barrio. Apoyada cada vez más por una publicidad creciente, que encontró en este excepcional medio de difusión la mejor manera de dar a conocer productos y servicios.
Las voces y sonido de los trabajadores de la radio, hicieron crecer a límites insospechados la imaginación, la fantasía y la adhesión de los radioescuchas. Convirtiendo en imprescindible a ese aparato que congregaba cada vez a más fieles, subyugados por el acompañamiento de voces inolvidables que forjaron estilos. Conductores, con saber y buen decir: Jorge Fontana, Betty Elizalde, Juan Alberto Badía, Héctor Larrea… Locutores, con un profesionalismo tal que lograban que se escucharan con igual atención programas y tandas publicitarias: Ignacio de Soroa, Marcos Mundstock, Estela Montes, María Esther Sánchez... Entrevistadores, con la formación para hacer inolvidables los dichos de sus entrevistado: Antonio Carrizo (memorables conversaciones con Jorge Luis Borges y Tita Merello, por ejemplo), Hugo Guerrero Marthineitz y sus silencios, que no eran baches, sino que invitaban a la reflexión; y tantos otros.
Musicales que hicieron historia: El Glostora Tango Club, La Escala Musical… Noticieros que acompañaron a la historia argentina. Programas para las grandes aficiones argentinas: el fútbol… Fioravanti, Enzo Ardigó, el Gordo Muñoz; el automovilismo y las voces de Carburando; el boxeo y las grandes veladas del Luna Park. El entretenimiento y la diversión: Delfor y La Revista Dislocada… Los radioteatros, que traspasaron los umbrales de las casas e hicieron que las familias compartieran y vivieran como propias, alegrías y tristezas, amores y desamores de sus protagonistas, junto con sus aventuras: Los Pérez García, Poncho Negro…
La enumeración de los hechos y protagonistas de la riquísima e inabarcable historia de la radiofonía argentina podría continuar sin encontrar un final. Pero en este brevísimo recorrido, no podemos dejar de destacar el rol de la radio como servicio. Siempre necesaria en esa función, que además supo ser en pueblos y regiones el medio de comunicación privilegiado entre sus habitantes para salvar las grandes distancias. Y para que todos, supieran de todos. Así, la radio también hizo Patria.
En esta, nuestra época, donde las posibilidades y las formas de comunicación se multiplican todo el tiempo, la radio, como en aquellos inicios, sabe encontrar el modo y los caminos para superarse, adaptarse y seguir presente junto a nosotros.
Por último, un condimento muy especial: la radio fue, es y seguramente será, generadora de vocaciones. ¡Cuántos soñamos con “hacer radio”, a partir del embelesamiento que provoca ese mundo que nos llega a través de los oídos! A quien lea esto, les digo: nunca es tarde y vale la pena intentarlo. En lo personal, tengo la satisfacción de poder ser parte de este medio como conductor y productor de un par de espacios. Un trabajo que, sin duda, se disfruta más y logra mejores resultados realizándolo en equipo. Por eso, agradezco a mis compañeros del medio que me inspiran y ayudan a que nuestra comunicación con el oyente sea la mejor posible.
Celebremos estos cien años. Y brindemos por muchos años más de nuestra compañía de todos los días… ¡la Radio!
Si ahora, querés escucharlo:
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