por Daniel Martos - 29 jun 2021

 

A cada chancho...

Prometió varias cosas y se hizo grande por ser fácil y regalado.  Sigue cautivando a muchos y también prometiendo, más por costumbre que por convicción.  Pero todo tiene su límite, incluso para los poderosos.  Es verde, pero no tan codiciado como el dólar.  Y a veces, por su misma naturaleza, puede volverse agotador.

 

Hablamos de WhatsApp, la mensajería instantánea que seguramente ustedes, queridos lectores, adoptaron hace algunos años y lo creían irreemplazable.  Pero no.  Nada ni nadie es imprescindible en forma absoluta.  Y parafraseando al saber popular, que une a los porcinos con San Martín, podríamos afirmar que a cada WhatsApp le llega su Telegram.  Así que demos paso para referirnos a esta alternativa.

 

Chiquita o grande, cuestión de gustos

Que "el tamaño no importa" sea un recurso argumentativo para los pocos afortunados seres con cromosomas disímiles, no invalidaría, según sostengo, el hecho de que culturalmente uno valore en más o en menos, cada propuesta que recibe en función de su dimensión relativa.

 

En el caso de Telegram, el servicio de mensajería que nació por aquel ¡lejano! año 2013, uno podría pensar que su escasa popularidad es acompañada con una pequeña porción de mercado.  No obstante, fruto de ciertas interrupciones de servicio de su contrincante, lo fortaleció en cuanto a usuarios: el dato más reciente y certero lo ubica en torno a los 500 millones de usuarios a nivel global.

 

Además, la lista de características y funcionalidades que ofrece este servicio, a diferencia de WhatsApp, no deja de crecer: en la última actualización de este mismo mes de junio 2021, habilitó las vídeollamadas grupales (¡tiembla Zoom!), con la posibilidad de compartir pantalla en forma nativa, sin instalar nada extra; algo similar a Meet.

 

También orientado al entretenimiento y las relaciones sociales

La lista de usos no se detiene allí, porque suma la posibilidad de buscar "canales", a través de los cuales se pueden compartir multimedia, a punto tal de que podemos ver películas en forma grupal.  En realidad, actúan como los grupos de WhatsApp, pero con la diferencia de que pueden ser buscados con mucha facilidad; por ejemplo, como los grupos de Facebook.

 

Seguro ya tenés algún conocido que...

…usa Telegram.  Si finalmente decidimos darle una oportunidad a esta app, no tardaremos en darnos cuenta de que más de la mitad de nuestros contactos están también allí, debajo del avioncito de papel sobre un círculo celeste, esperando para que les hablemos también por ahí.

 

¿La frutilla del postre?  Al sumarse a esos "canales" repletos de posibles futuros amigos, clientes o colegas, podemos hacerlo sin informar nuestro número telefónico: todo quedará asociado, simplemente, al nombre de usuario que elijamos.

 

¡Hasta la próxima entrega!  Nos encontramos en Telegram.