por Osvaldo Pimpignano – 24 dic 2020

 

Un biólogo indonesio inventó unas bolsas plásticas que al caer al mar se vuelven alimento para peces.  En las playas indonesias se amontonan montañas de desechos de plástico que finalmente son arrastrados por las corrientes marinas.  Se trata de una plaga que el biólogo y empresario Kevin Kumala combate fabricando bolsas plásticas de yuca.  Kumala ha creado unas bolsas de almidón de yuca, que se convierten en comida para los peces si acaban accidentalmente en el mar.

 

Antes de proseguir, es menester aclarar que no solo las playas indonesias tienen este problema; y también qué cosa son los plásticos que utilizamos en una gran variedad de aplicaciones diarias, en forma fugaz o permanente.  Se trata de polímeros subproducto del petróleo que se moldean con presión o calor.  Una vez que alcanzan el estado que caracteriza a los materiales que solemos denominar como plásticos, resultan resistentes a la degradación.

 

20 12 24 OP Una bolsa de plástico que alimenta a los peces 1 Kevin Kumala demuestra como su producto se degrada con agua

Kevin Kumala demuestra como su producto se degrada con agua

 

El costo reducido de fabricación, su resistencia relativa al deterioro, la impermeabilidad y la posibilidad de colorearlos son algunos de los motivos que los hacen muy atractivos para la industria.  Sin embargo, tienen o producen serios problemas.  La mayoría de ellos no son susceptibles de reciclaje, por lo que contribuyen seriamente a la contaminación ambiente.  Tampoco resisten el calor excesivo y  derritiéndose pueden liberar sustancias tóxicas.

 

No hay que confundir estos plásticos con la “condición de lo plástico que se conoce como plasticidad”.  Por eso, el término puede emplearse como adjetivo para calificar a aquel o aquello que demuestra facilidad para adoptar distintas formas.

 

20 12 24 OP Una bolsa de plástico que alimenta a los peces 2 Kevin Kumala muestra algunas de sus aplicaciones

Kevin Kumala muestra algunas de sus aplicaciones

 

Existe una gran preocupación por la contaminación que generan estos plásticos, tanto en la tierra como en las aguas. Por ejemplo, es muy seria la contaminación de los mares y océanos que generan estos plásticos con negativas consecuencias para la flora y fauna marina que, en este último caso, se extiende a la salud humana al consumir pescado contaminado.

 

Existe una categoría de plásticos denominados oxodegradables u oxobiodegradables, que son plásticos convencionales a los cuales se les ha añadido un aditivo específico, el d2W, que les permite que se conviertan en pequeñas partículas que los hacen desaparecer de la vista pero que no disminuye su tiempo de degradación biológica (además de contener un químico adicional).  Es como esconder el barrido debajo de la alfombra.

 

Retomado el motivo de esta nota, diré que tras permanecer cerca de una década viviendo en Estados Unidos, el joven biólogo Kevin Kumala retornó en el año 2009 a su ciudad natal, Bali, en Indonesia, y vio que las paradisíacas playas de su ciudad se habían transformado en verdaderos basureros de plásticos no degradables.  En ese momento imaginó que tenía que hacer algo y lo más rápido posible.  “Cuando iba a surfear o a bucear, ya no era un placer para mí; encontraba plásticos en todas partes”, explica Kumala.  Así, el científico comenzó a trabajar en una solución y centró sus esfuerzos en encontrar un reemplazo para las bolsas de plástico producidas a partir de hidrocarburos que pueden tardar hasta más de 300 años en biodegradarse.

 

20 12 24 OP Una bolsa de plástico que alimenta a los peces 3 No soy plástico

No soy plástico

 

Kumala halló lo que estaba buscando en la yuca, un tubérculo abundante en Indonesia.  Usando el almidón de esta planta, replicó el proceso que se emplea para fabricar bolsas, incluso utilizando las mismas herramientas: una máquina de moldeo por soplado, una máquina de corte y otra de sellado.  El precio de cada bolsa es de cinco centavos de dólar, más del doble de lo que costaría una de plástico “convencional”.  Pero las de yuca pueden convertirse en compost (tierra fértil) en menos de 100 días y se disuelven en minutos en agua caliente.  Un video de Kumala bebiendo una bolsa disuelta en agua se ha hecho viral en YouTube.

 

En 2014, Kumala y su socio, Daniel Rosenqvist, fundaron Avani Eco y abrieron una fábrica.  La compañía produce otros productos, como envases desechables para comida hechos de caña de azúcar y sorbetes para beber hechos a base de almidón de maíz que se biodegradan rápido y no dejan residuos tóxicos.

 

20 12 24 OP Una bolsa de plástico que alimenta a los peces 4 Productos a base de yuca

Productos a base de yuca

 

El producto más popular de Avani Eco es un bolso a base de yuca, un tubérculo de regiones tropicales y del cual se obtiene harina alimenticia.  Cada artículo se vende con un mensaje impreso en mayúsculas: “NO SOY PLÁSTICO”.  Para demostrar que sus bolsos no son nocivos, el empresario se presta a un experimento: toma una parte de yuca de un bolso, la mete en un vaso de agua caliente y admira cómo se disuelve rápidamente.  Incluso bebe unos sorbos.  “Esto da esperanza a los animales marinos.  No se asfixian ni ingieren materias que puedan ser peligrosas”, dice Kumala.  Y debemos agregar que no solo para los animales marinos sino para el planeta en su conjunto, ya que se elimina uno de los mayores contaminantes del agua y la tierra con más el agregado de que resultan beneficiosas al medioambiente donde terminan sus días.

 

Un bolso de yuca vale 4.000 rupias (alrededor de 32 céntimos de dólares).  Más que uno fabricado a partir de derivados del petróleo que pueden necesitar hasta 400 años para descomponerse.  El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), lamentó en un informe que los plásticos ecológicos no se produzcan en un número necesario para reducir la cantidad esperada de detritus de este material en los mares del planeta.  El término de plástico ecológico engloba a los procedentes de recursos renovables como la caña de azúcar o el maíz y a otros biodegradables.  Son soluciones innovadoras, pero “todavía no sabemos lo suficiente sobre esta tecnología”, observa Habib el Habr, un responsable de PNUMA.

 

20 12 24 OP Una bolsa de plástico que alimenta a los peces 5 Utilización de envases a base de yuca

Utilización de envases a base de yuca

 

En opinión de este modesto escriba, a Habr le faltó agregar que lamentablemente sabemos mucho sobre los plásticos derivados del petróleo, lo suficiente para apoyar y hasta subsidiar las “soluciones innovadoras” que ofrecen los productos biodegradables, que pueden resultar un poco más costosos para la industria pero mucho más amigable y económica para la salud planetaria.

 

Fuente: Redacción Mag

Videos en inglés:

https://youtu.be/uxolBZZ_fRU

https://youtu.be/24Nyn7DQn6Q

Las imágenes fueron tomadas de la Web